Zorbas, un gato “negro y gordo” del puerto de Hamburgo, le hizo una promesa a la gaviota moribunda Kengah: cuidar de su huevo hasta que la cría de gaviota naciera, y luego cuidar al polluelo y enseñarle a volar. Y así, él y los otros gatos comienzan la dura tarea de cuidar a la joven gaviota Afortunada y, al final, enseñarle a volar.
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