A Enredo no le gusta mucho que le digan lo que tiene que hacer. Entusiasta de los juegos y las travesuras, se mueve por la cochambrosa mansión familiar con sus hermanas y sus tíos ensayando el funeral de la tía Epicaricacia, maquinando bromas pesadas, buscando un tesoro escondido y preguntándose si ella es como es por elección propia o porque así se ha decidido. Y es que la tradición de los Swift dice que, al nacer, cada nuevo integrante debe presentarse ante el sagrado diccionario familiar para recibir un nombre con su correspondiente definición, y que crecerá haciendo honor a ese nombre.
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Equipo Editorial
Gallego, Laura
Anna Morato Garcia