Jovita soñaba con poder usar pantalones como sus hermanos Ramón y Luciano. Cuando su padre y sus hermanos marcharon a la Guerra Cristera a luchar por el derecho a practicar libremente su religión, ella quiso ayudar. Entonces sobrevino la tragedia, y Jovita se vio obligada a cortarse el pelo, ponerse pantalones y continuar la lucha. Disfrazada de hombre, se puso al mando de un batallón que la siguió sin dudar.
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